Cómo irritar a toda la clase acomodada, al clero, a los partidos tradicionales, al Lucio y a Samborondón con un papel, un esfero y un movimiento

1. Despiértese ese día medianamente temprano, no muy temprano, no sea que la mesa no esté conformada y le echen guante.
2. Desayune ligero, escuchando música clásica, un movimiento minimalista, de preferencia. Nada muy berreado.
3. Vístase para un Domingo informal, evite usar colores sectarios -nada de camiseta verde con pantalones azules- que los partisanos hagan lo que consideren conveniente, usted está ejerciendo un deber cívico, no un placer epicúreo.
4. Llegue al recinto en su vehículo más barato, nada de motos BMW o Porsches. Es más, si puede caminar o tomar un bus, tanto mejor.
5. Localize la mesa en la cual tiene que votar, si fue tan ocioso para no buscar la mesa -o mejor aún el recinto- todavía está a tiempo para atosigar a algún servidor público despeinado para que le de esa información. Internet y el teléfono también pueden ayudarle, pero no están despeinados.
6. Haga cola de ser necesario, hasta que la nueva constitución sea aprobada, solo habrá 2 colas, así que fresco.
7. Una vez que llegue, entregue su cédula -si no la ha cambiado por una jaba de pilsener o una permanente o un sánduche de pernil- firme con su epiléptica rúbrica y tome el papel inmaculado que le entregan.
8. Diríjase al biombo, pero no se quite la ropa, que no es tan amplio, si trajo amuletos, acarícielos o haga una pequeña invocación de protección para evitar a los duendecillos del fraude.
9. Tome el papel y extiéndalo, verá un texto que le será de muy difícil comprensión si es como lo pintan las propagandas radiales, de hecho, no podrá comprender ni siquiera las instrucciones para abrir un cubito de gallina si usted es como pintan las propagandas radiales, así que no se inmute. Verá unas cajitas que tienen a un SI y un NO con una raya horizontal pequeña, ansiosa y casi lasciva con el deseo de ser atravesada por primera y última vez, véala con la mirada del amante experto pero cruel, que la llevará a los más verdes jardines de los campos elíseos para luego dejarla, olvidada, mustia y desecrada, en una oscura caja de cartón.
10. Tome el esfero y cierre los ojos, recuerde la plata que se tragaron en sus cuentas en el salvataje, el cenicero cruzando la amplia sonrisa de Mahuad, el bigote de Nebot profiriendo la famosa letanía Krishna "enano mamarracho hijueputa ven acá para mearte maricón", el arroz con gorgojo, los grillos que cantaban alegres en la hora de Sixto al ir al colegio, Abdalá bailando con danzantes de tecnocumbia, a un antiguo mando militar en su impecable traje y corbata, derramando fluídos sexuales políticos por cada orificio, recordatorio de cada juramento violado y cada alianza abusiva, a una fría laguna llena de esqueletos...y abra los ojos, verá que el cuadro de la derecha ha desaparecido por completo, seguramente llevado por algún bote que funcionaba con esperanza y se ha ido pique lleno de mentiras. Hágale justicia a esa línea que queda e ignore su pintoresco orgasmo silencioso, que ya va camino de la caja.
11. Como lo haría después de todo acto carnal, procúrese un pequeño antojo, afuera lo esperan las de morocho, el hornado, un sequito (o un séquito?) de pollo, sánduches de pavo, colas surtidas...al menos ahí tiene más opciones que las que tuvo hace un momento.