Manuales rápidos 1: Como diseñar su propia telenovela
Bienvenidos mis dragoncitos, ahora vamos a empezar la serie de manuales rápidos para ser exitosos y ricos en esta vida llena de oportunidades, el día de hoy aprenderemos a escribir telenovelas adecuadas para el estilo nacional más requerido, por favor, pongan atención ^^:
1. Generalidades
¿Argumento? ¿Profundidad? No mi estimado dragoncito, déje esas ínfulas en la puerta, que no es lo que le corresponde si quiere aprender a escribir telenovelas. El reto es pegar tanta gente como sea posible a la pantalla por tanto tiempo como sea posible. Si su novela es demasiado corta, no sufra, Betty la fea en su apogeo consistía de un programa de 60 minutos compuesto de:
-10 minutos del capítulo previo.
-15 del capítulo actual
-5 del capítulo siguiente
-30 minutos de propaganda.
Así que tranquilo, la extensión tampoco es tan crítica, Y lo mejor de todo, todos podrán quejarse, pero nadie hará nada al respecto.
2. El culebrón mexicano.
Esta variedad se caracteriza por su capacidad para levantar al más pobre, dándole fortuna gracias a un golpe de suerte que rara vez está relacionado con el trabajo arduo y que usualmente es causado por una herencia, trate de que la circunstancia por la cual esta herencia se reciba sea realmente estrambótica -hijos fuera del matrimonio, separación en una guerra o revolución, cambio en el hospital, abducción extraterrestre, el cielo es el límite- y una vez obtenida esa herencia, sazónese con intrigas variadas de los primos, sobrinos, hermanos, concuñadas o lo que se le ofrezca, cualquiera que quiera de forma injusta apropiarse de una fortuna que no le pertenece y no le costó nada al heredero.
Una vez superada la parte de ascensión de pobre a millonario, no olvide ilustrar la corrupción y la bajeza de la sociedad pudiente mexicana e internacional. En el proceso no olvide generar de forma completamente irracional relaciones entre los diversos protagonistas, en especial entre los más bellos, aunque ahora es mejor amarrar parejas por conveniencias de ranking. Genere tantas traiciones como sean posibles, pero haga lo que haga, el amor de los protagonistas principales siempre triunfa El final de la novela en boda es opcional; una balacera norteña o una dramática muerte por gripe aviar pueden funcionar sin mayor problema.
3. El drama venezolano pre-revolucionario estándar
Ignoremos la presencia de la revolución bolivariana por un instante, en este tópico sólo nos interesa el maravilloso modelo de novela impuesto por Delia Fiallo, el resto son detalles.
A diferencia del culebrón mexicano, el DVPE se basa más en las relaciones de pareja y en las súbitas apariciones de hijos y hermanos secretos, las cuales por supuesto son causadas justamente por las traiciones amorosas causadas 20 años antes en el curso de la historia. De hecho, la mayoría de matemáticos coincide en que el DVPE tiene un patrón fractal repetitivo de traiciones de pareja, esto es, sin importar el número de capítulos que usted observe, siempre se podrá definir esa sección de la telenovela por medio de:
-Un traidor desalmado
-Un crédulo extremadamente iluso
-Alguien que lo sabe todo, pero al que nadie le para bola
-Una mente maestra que mueve todos los hilos.
Mandelbrot estaría encantado.
La forma en la que se debe escribir el DVPE es relativamente simple: si en algún punto una pareja tiene una relación estable y feliz, algo hizo mal. No se preocupe, con la cantidad de cuerpos adonisiacos y venusinos disponibles en Venezuela, la infidelidad está a la orden del día.
4. El realismo mágico masivo, made in Colombia.
La telenovela colombiana le pide algo relativamente novedoso y peligroso: innovar. A diferencia de otros muchos modelos de telenovela, usted está haciendo algo mal si la temática de su programa es la misma que la de otra -a menos claro que sea una franquicia o le importe un rábano los derechos de autor- pero una vez más, no sufra: sólo en cuanto al tema debe innovar. Una vez que ha escogido el pretexto para realizar el resto de la novela, defina un principio, un intermedio y un final, y rellene hoja tras hoja de guión con iteraciones ya conocidas en los capítulos 2. y 3. Es más, ni se moleste en buscar nuevos actores: disfrace de viejas a las rompecorazones de hace un año, ponga a las antiguas matriarcas a contonearse como si J-Lo tuviera hipo, y si necesita realmente poner un galán muy viejo o terriblemente feo, pues chántele un buen patrimonio o una jefatura política o por lo menos un carrazo, por otro lado, no tema en dejar al galán guapo en la calle, ya encontrará como recuperar la fortuna que le toca por derecho divino.
No deje ni por un instante que lo estereotipen con otras novelas de otras regiones, haga aparecer sorpresas: dramas sociales, giros inesperados, visitantes de ultratumba, el diablo, lo que sea. Y esté listo para franquiciar, no hay nada como sentarse en la comodidad de su hogar a ver como una pila de dinero crece como si fuera bambú.
5. El apocalipsis de lejano oriente.
Este género es relativamente nuevo para nuestro público, pero para su alivio, mis estudiantes, tiene una receta sumamente fácil: junte dos o tres familias, arme un romance en alguna parejita, cultívelo de forma tan cursi y prolongada como sea posible, que los pobres diablos que se quedaron fuera de la pareja llenen su buche de gusanos con envidia, y una vez que la relación ha alcanzado su más dulce punto, mate a alguno de los integrantes de la pareja. De ahí en más no escatime esfuerzos en retratar de forma tan morbosa como sea posible el sufrimiento de todos los involucrados, si la miseria ama la compañía, imagínese que es la Toyota ensamblando sufrimiento en línea y con estándares ISO 9001. Si consigue una alianza estratégica para que Prozac o algún otro proveedor de antidepresivos publicite en su novela, ya la hizo.
6. El blockbuster Brasileño.
Aquí tengo pocos consejos para darles, escriba lo que le da la gana, pero tenga en cuenta que, haga lo que haga, tendrá que escribir algo que pueda comerse abultadas pilas de dinero, mantener ratings de audiencia de 90% o más en O-Globo, y esto durante al menos 150 capítulos. Podría necesitar ser (!) creativo o talentoso para el Blockbuster Brasileño, si no es lo suyo, manténgase a distancia.
7. La quimera ecuatoriana.
Por "quimera" aquí me refiero al concepto mitológico de quimera: un monstruo hecho de partes de otras abominaciones. La quimera ecuatoriana está formada juntando elementos de todos los capítulos anteriores y juntándolos de forma más o menos arbitraria. Rece por presupuesto. Y si no se le ocurre nada mejor, copie algo de algún canal de cable. O evolucione un programa cómico ecuatoriano y conviértalo en telenovela, al cabo que la gente no se reía tanto de todas formas.
Curiosamente, las novelas generadas en la vida real alrededor de la vida de los actores de la quimera ecuatoriana suelen ser más interesantes que la trama ficcional. Tal vez en lugar de perder el tiempo armando una quimera ecuatoriana, debería poner un show de farándula, ahí puede recortar AUN MÁS la cuota de talento.
8. La franquicia.
¿Pero para que inventar el agua tibia mis dragoncitos? Si a McDonalds y a Chevrolet les funcionó, es obvio que a las novelas les va a funcionar, como si la diferencia entre un carburador y Mario Cimarro fuera tan grande. Para poner una telenovela de franquicia, lo único que requiere es una generosa pila de dinero. No se preocupe, terminará con una pila más grande si tiene el suficiente tino de no escoger un caballo perdedor. Ni siquiera sufra si la franquicia que está trayendo ha sido vista antes: ponga actrices con menos ropa y actores con pantalones más ajustados y pectorales más generosos, la gente se lo comerá. Si lo construye, ellos vendrán.
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Bien mis dragoncitos, espero que con eso tengan suficiente por hoy. No lo olviden, lo más importante es estudiar y capacitarse para que en algún momento sean herederos de un padre que ni siquiera conocían. Hasta la próxima.
1. Generalidades
¿Argumento? ¿Profundidad? No mi estimado dragoncito, déje esas ínfulas en la puerta, que no es lo que le corresponde si quiere aprender a escribir telenovelas. El reto es pegar tanta gente como sea posible a la pantalla por tanto tiempo como sea posible. Si su novela es demasiado corta, no sufra, Betty la fea en su apogeo consistía de un programa de 60 minutos compuesto de:
-10 minutos del capítulo previo.
-15 del capítulo actual
-5 del capítulo siguiente
-30 minutos de propaganda.
Así que tranquilo, la extensión tampoco es tan crítica, Y lo mejor de todo, todos podrán quejarse, pero nadie hará nada al respecto.
2. El culebrón mexicano.
Esta variedad se caracteriza por su capacidad para levantar al más pobre, dándole fortuna gracias a un golpe de suerte que rara vez está relacionado con el trabajo arduo y que usualmente es causado por una herencia, trate de que la circunstancia por la cual esta herencia se reciba sea realmente estrambótica -hijos fuera del matrimonio, separación en una guerra o revolución, cambio en el hospital, abducción extraterrestre, el cielo es el límite- y una vez obtenida esa herencia, sazónese con intrigas variadas de los primos, sobrinos, hermanos, concuñadas o lo que se le ofrezca, cualquiera que quiera de forma injusta apropiarse de una fortuna que no le pertenece y no le costó nada al heredero.
Una vez superada la parte de ascensión de pobre a millonario, no olvide ilustrar la corrupción y la bajeza de la sociedad pudiente mexicana e internacional. En el proceso no olvide generar de forma completamente irracional relaciones entre los diversos protagonistas, en especial entre los más bellos, aunque ahora es mejor amarrar parejas por conveniencias de ranking. Genere tantas traiciones como sean posibles, pero haga lo que haga, el amor de los protagonistas principales siempre triunfa El final de la novela en boda es opcional; una balacera norteña o una dramática muerte por gripe aviar pueden funcionar sin mayor problema.
3. El drama venezolano pre-revolucionario estándar
Ignoremos la presencia de la revolución bolivariana por un instante, en este tópico sólo nos interesa el maravilloso modelo de novela impuesto por Delia Fiallo, el resto son detalles.
A diferencia del culebrón mexicano, el DVPE se basa más en las relaciones de pareja y en las súbitas apariciones de hijos y hermanos secretos, las cuales por supuesto son causadas justamente por las traiciones amorosas causadas 20 años antes en el curso de la historia. De hecho, la mayoría de matemáticos coincide en que el DVPE tiene un patrón fractal repetitivo de traiciones de pareja, esto es, sin importar el número de capítulos que usted observe, siempre se podrá definir esa sección de la telenovela por medio de:
-Un traidor desalmado
-Un crédulo extremadamente iluso
-Alguien que lo sabe todo, pero al que nadie le para bola
-Una mente maestra que mueve todos los hilos.
Mandelbrot estaría encantado.
La forma en la que se debe escribir el DVPE es relativamente simple: si en algún punto una pareja tiene una relación estable y feliz, algo hizo mal. No se preocupe, con la cantidad de cuerpos adonisiacos y venusinos disponibles en Venezuela, la infidelidad está a la orden del día.
4. El realismo mágico masivo, made in Colombia.
La telenovela colombiana le pide algo relativamente novedoso y peligroso: innovar. A diferencia de otros muchos modelos de telenovela, usted está haciendo algo mal si la temática de su programa es la misma que la de otra -a menos claro que sea una franquicia o le importe un rábano los derechos de autor- pero una vez más, no sufra: sólo en cuanto al tema debe innovar. Una vez que ha escogido el pretexto para realizar el resto de la novela, defina un principio, un intermedio y un final, y rellene hoja tras hoja de guión con iteraciones ya conocidas en los capítulos 2. y 3. Es más, ni se moleste en buscar nuevos actores: disfrace de viejas a las rompecorazones de hace un año, ponga a las antiguas matriarcas a contonearse como si J-Lo tuviera hipo, y si necesita realmente poner un galán muy viejo o terriblemente feo, pues chántele un buen patrimonio o una jefatura política o por lo menos un carrazo, por otro lado, no tema en dejar al galán guapo en la calle, ya encontrará como recuperar la fortuna que le toca por derecho divino.
No deje ni por un instante que lo estereotipen con otras novelas de otras regiones, haga aparecer sorpresas: dramas sociales, giros inesperados, visitantes de ultratumba, el diablo, lo que sea. Y esté listo para franquiciar, no hay nada como sentarse en la comodidad de su hogar a ver como una pila de dinero crece como si fuera bambú.
5. El apocalipsis de lejano oriente.
Este género es relativamente nuevo para nuestro público, pero para su alivio, mis estudiantes, tiene una receta sumamente fácil: junte dos o tres familias, arme un romance en alguna parejita, cultívelo de forma tan cursi y prolongada como sea posible, que los pobres diablos que se quedaron fuera de la pareja llenen su buche de gusanos con envidia, y una vez que la relación ha alcanzado su más dulce punto, mate a alguno de los integrantes de la pareja. De ahí en más no escatime esfuerzos en retratar de forma tan morbosa como sea posible el sufrimiento de todos los involucrados, si la miseria ama la compañía, imagínese que es la Toyota ensamblando sufrimiento en línea y con estándares ISO 9001. Si consigue una alianza estratégica para que Prozac o algún otro proveedor de antidepresivos publicite en su novela, ya la hizo.
6. El blockbuster Brasileño.
Aquí tengo pocos consejos para darles, escriba lo que le da la gana, pero tenga en cuenta que, haga lo que haga, tendrá que escribir algo que pueda comerse abultadas pilas de dinero, mantener ratings de audiencia de 90% o más en O-Globo, y esto durante al menos 150 capítulos. Podría necesitar ser (!) creativo o talentoso para el Blockbuster Brasileño, si no es lo suyo, manténgase a distancia.
7. La quimera ecuatoriana.
Por "quimera" aquí me refiero al concepto mitológico de quimera: un monstruo hecho de partes de otras abominaciones. La quimera ecuatoriana está formada juntando elementos de todos los capítulos anteriores y juntándolos de forma más o menos arbitraria. Rece por presupuesto. Y si no se le ocurre nada mejor, copie algo de algún canal de cable. O evolucione un programa cómico ecuatoriano y conviértalo en telenovela, al cabo que la gente no se reía tanto de todas formas.
Curiosamente, las novelas generadas en la vida real alrededor de la vida de los actores de la quimera ecuatoriana suelen ser más interesantes que la trama ficcional. Tal vez en lugar de perder el tiempo armando una quimera ecuatoriana, debería poner un show de farándula, ahí puede recortar AUN MÁS la cuota de talento.
8. La franquicia.
¿Pero para que inventar el agua tibia mis dragoncitos? Si a McDonalds y a Chevrolet les funcionó, es obvio que a las novelas les va a funcionar, como si la diferencia entre un carburador y Mario Cimarro fuera tan grande. Para poner una telenovela de franquicia, lo único que requiere es una generosa pila de dinero. No se preocupe, terminará con una pila más grande si tiene el suficiente tino de no escoger un caballo perdedor. Ni siquiera sufra si la franquicia que está trayendo ha sido vista antes: ponga actrices con menos ropa y actores con pantalones más ajustados y pectorales más generosos, la gente se lo comerá. Si lo construye, ellos vendrán.
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Bien mis dragoncitos, espero que con eso tengan suficiente por hoy. No lo olviden, lo más importante es estudiar y capacitarse para que en algún momento sean herederos de un padre que ni siquiera conocían. Hasta la próxima.